Colectiva de trabajadoras del IL

Silvia Ramirez Gelbes

Resumen: En español, como en muchas otras lenguas del mundo, los términos que aluden a personas (sean estos sustantivos, adjetivos, pronombres o participios, por ejemplo) suelen ser usados en masculino cuando refieren a seres de distinto género. Ello provoca que el masculino conlleve en muchos casos una ambigüedad inherente: la de su sentido primario (como marca de masculino) y la de su sentido secundario (como genérico). Ahora bien, desde hace ya 50 años, lingüistas primero y hablantes después, han advertido que las formas del masculino genérico tienden a orientar la interpretación primaria. La consecuencia ineludible, según muestra la investigación (Carreiras et al. 1996, Crawford & English 1984, Planelles Iváñez 1996, Stout & Dasgupta 2011, Vervecken et al. 2013, entre muchos otros), es la invisibilización o, al menos, el ocultamiento de los referentes femeninos en ese genérico. Y esa invisibilización u ocultamiento tiene impacto, por caso, en el tipo de selección profesional que se realiza